21 de abril de 2016

Diario Nóos: Este muerto está muy vivo

En Palma sigue el festival. A veces parece que han tocado ya los cabezas de cartel, que ahora solamente queda paja antes del gran cierre. Pues no. Camuflado en la actualidad política y corrupta del día se cuelan unos cuantos temazos imprescindibles para recordarnos que todo, lo más importante, está por decidir.

Lo de este miércoles han sido muchos fuegos artificiales y jugadas agazapadas tras el humo. Para variar ha sido el abogado de Torres, el incombustible, el imprevisible, el explosivo Manuel González Peeters, quien ha tomado la iniciativa. Quería dar el golpe un día en que, sabía, la sala de vistas tenía la atención de los medios con la presencia del Secretario de las Infantas. Ha pedido "plantear una cuestión referida a una expulsión de Manos Limpias" como parte en el juicio. Ni terminar la frase. La jueza Samantha Romero ha enseñado pronto la primera carta. A González Peeters no le pasa una. "Lo trataremos al final de la sesión", y punto.
El runrún estaba ahí, en las calles, pero sobre todo en las redacciones. Mientras la vida pasaba en la sala, con sus preguntas y sus respuestas, fuera se armaba la marimorena. No hay precedentes judiciales ante una petición de ese tipo, así que el abanico de posibles consecuencias se abría a medida que se consultaba con expertos. Uno de ellos me confesaba sorprendido "esto no es usual ni lógico" y me recordaba que es imposible que se expulse a Manos Limpias del 'juicio Infanta' sin que se disuelva antes la organización como tal o se declare ilegal.  
Hecha la petición, se levantaron las cartas. Las defensas presentes se adhieren a la iniciativa del abogado de Diego Torres a excepción de la de la Infanta. ¿Qué sentido tiene que se queden al margen cuando han intentado hasta la saciedad que se deslegitime a Manos Limpias como acusación antes y durante el juicio?. De cara a la galería y parafraseando a la magistrada Romero, porque estamos ante una "investigación embrionaria". De puertas adentro, se reservan hacerlo cuando desde Madrid se de la puntilla al pseudosindicato. Otros abanderan una lucha que ellos llevan haciendo, sobre todo en la sombra, desde hace meses y quedan con sus manos limpias ante aquellos que les acusarían de querer ventilarse a los únicos que quieren ver a la Infanta en el banquillo.
La juez, a la frase y media de alegación de González Peeters, saltó deseosa de resucitar al muerto y decir lo que, parecía, llevaba desde las nueve de la mañana queriendo soltar acerca de la 'Operación Nelson' y su relación con Nóos: "No tenemos una sentencia firme contra nadie y la presunción de inocencia lo es para todos", además de lanzar puyas como "parece más importante lo que pasa fuera de la sala y eso no se puede tolerar" o el toctoc a Madrid: "este Tribunal no ha sido informado de nada" respecto de "esta investigación embrionaria de la que no tienen conocimiento ni se le ha dado traslado". Ahí iba el toctoc a Madrid. Otro hachazo fue para empequeñecer la petición de Peeters "por acotar, usted postula la expulsión de una parte, en base a una investigación embrionaria (sí, otra vez) y un auto con indicios", a lo que Peeters contestó calmado pero rápido recordando "hay dos personas en prisión".


Pero si hay reacciones destacables, son las de la bancada de las acusaciones. El Fiscal Horrach pidió tiempo pero, ante todo, información. No sólo la referida al Caso Palma, al presunto intento de chantaje para exculpar a la Infanta, sino (y esto es lo que más me llama la atención por las consecuencias que pueda tener) aquella información que aporte el juzgado de Pedraz sobre las cuentas de Manos Limpias y su financiación. 
Por otro lado, la Agencia Tributaria. No se adhiere a la iniciativa de González Peeters, pero cuando la letrada Mercedes Ripoll intentó elaborar su argumento, la jueza se lanzó a su yugular y se enzarzaron en una discusión desigual, en la que la Samantha Romero acusó a la abogada del Estado de "falta de rigor". De ahí para arriba. 
Y por último, de la bancada acusatoria, había que escuchar a Virginia López-Negrete que en sala, sin embargo, ha defendido la legitimidad de Manos Limpias, ha recordado que no está imputada y que ella va a seguir porque puede. Fuera, por cierto, ha dejado caer la bombita. Piensa en la posibilidad de quejarse a los superiores del Fiscal Horrach porque este, dice, le llamó chantajista y extorsionadora. El incidente, que ocurrió el martes por la tarde durante un receso, ha querido ser aireado, entre otros, por la letrada que reclama ahora la empatía y apoyo del Fiscal Superior de Baleares, Bartomeu Barceló. El 'día D' ya imploraba casi el auxilio del Tribunal, ausente durante la trifulca. "¡Que salgan las magistradas!", pedía una ofendida López-Negrete. Esto último no funcionó, pero sí consiguió volver a dejar a Pedro Horrach 'a los pies de los caballos' ante la opinión pública que compra la tesis de que ha mutado de fiscal a abogado defensor.

Las magistradas dijeron que decidirían sobre ello. La respuesta probablemente la tengamos hoy pero, así las cosas, parece claro por dónde van a ir los tiros.


 García Revenga, el rechazado 

Y a todo esto, el secretario de las Infantas en la sala de vistas declarando que en la Casa de Su Majestad el Rey, también se cuecen habas.  Hasta el punto de que "le puenteaban". Alberto Aza, sin ir más lejos, Jefe entonces de la Casa.
García Revenga ha empezado plano, pero ha dejado algunas subidas de montaña interesantes. Como que no se reportaba a la Casa Real de los movimientos del Instituto Nóos, como en su momento aseguraron Iñaki Urdangarin y Diego Torres. A preguntas de Mario Pascual Vives, que antes, viendo por dónde iban los tiros (tal vez sorprendido), había pedido un receso "para poner en orden mis ideas", García Revenga, como mucho, solamente llegó a reconocer que Urdangarin "algún comentario haría" a la Casa Real sobre sus actividades empresariales.
¿Qué hacía? pues, entre otras cosas, recopilar datos para hacer la declaración de la Renta de la Infanta Cristina (que luego enviaba a Federico Rubio). No la de Urdangarin, con quien sí hizo este proceso en el primer año del matrimonio. La de Urdangarin la remitiría, directamente, "su asesor fiscal", es decir Miguel Tejeiro.
El testimonio de García Revenga ha sido el de alguien leal a sus Infantas, pero que no ha querido en su declaración casarse con nadie. En su momento ya hizo todos los favores que le pidieron sin un mal gesto, como el de convertirse en Secretario del Instituto Nóos para evitar "que se pusiese" a la Infanta Cristina en un puesto relevante.
Revenga, el secretario fiel al que han pagado desde Casa Real con la más absoluta de las indiferencias.



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