16 de marzo de 2016

Diario Nóos: El soufflé Tejeiro

O Peeters lo ha conseguido, desactivar al testigo clave y achantarle, o Manos Limpias había vendido humo o todo a la vez. Miguel Tejeiro llegó, después de un fin de semana en el que su abogado Cristóbal Martell tuvo tiempo de aleccionarle. El asesor fiscal venía con la idea clara: no pringarse, no más de lo necesario. Y eso ha pasado por callar. "Voy a ser prudente y no voy a contar todo lo que sé", y tan pichi. A los pocos minutos de interrogatorio, la letrada de Manos Limpias, que veía cómo el sufflé se venía abajo antes de tiempo, no tuvo más remedio que preguntarle:"¿Se está sintiendo libre para contestar?", a lo que Tejeiro respondió rotundamente "No". Antes ya había declarado libremente que se consideraba "amenazado y no protegido" ante posibles querellas del abogado de Diego Torres, con el capote de los letrados de Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina, que ya no hacen ni el más mínimo esfuerzo en ocultar que van a una con González Peeters: "Han dicho barbaridades absolutas y se amenaza con querellas". 

Miguel Tejeiro, aún así, ha dejado varios titulares. El primero, que la Infanta Cristina mintió en su declaración para, probablemente, inculparle a él, siguiendo la estela de su marido y su socio de banquillo, Diego Torres: "Tiene derecho a mentir, como yo la obligación de decir la verdad". Cierto es que una iba en condición de imputada y él como testigo. Tejeiro encuadró la declaración de la Infanta sobre su persona en un "guión" interpretado por la hermana del Rey: "Me extraña que diga esta señora que entre las cuatro o cinco personas de su confianza estaba yo", cuando apenas "la he visto tres veces"
Eso por un lado. Por otra parte, tenía claro Miguel Tejeiro que de esta declaración iba a salir, no sé si sin querella, pero, desde luego, después de haberle clavado un puñal a su cuñado. Tejeiro afirmó que quien defendía las facturas de las empresas radicadas en el extranjero (Blossom Hills y De Goes LTD) fueron validadas por Diego Torres, quien era, además, el último beneficiario del dinero que llegaba allí desde España para no irse a parar a los bolsillos de nadie más. "Sé que Diego Torres desvió dinero al extranjero", sentenció Tejeiro.
Y tercera pata de la declaración del asesor fiscal, que Urdangarin fue quien decidió que los gastos personales (como una botella de vino), se cargasen a cuenta de Aizoon. Él, ha asegurado, se limitaba a validar lo que le llegaba de parte de los socios de Aizoon.
Eso sí, Miguel Tejeiro fue profético y, a la vista de lo que vino después, sincero respecto a la utilización de la Infanta Cristina como 'escudo fiscal'. Ha asegurdado que "jamás le di orientación (al notario) para que la Infanta fuese escudo fiscal" y adelantó "todo lo que diga será para perjudicarme a mí, no a la Infanta". Y así fue.

Posible 'falso testimonio' del notario

Carlos Masiá es un hombre caricaturesco. Altísimo -rondará los dos metros-, nariz torcida, gesticulador, bromista. Y hoy, imprudente. Le ha perdido el odio hacia Miguel Tejeiro, el desprecio que ambos se profesan a cuenta de rencillas familiares pasadas.
Masiá ha venido hoy a Son Rossinyol 'a hablar de su libro'. Ese en el que el protagonista es un asesor fiscal sin principios que intentó "colarme una par de firmas falsas en unos balances de cuentas anuales", responsable de todo lo irregular, el que llevó por el mal camino la intachable conducta de los entonces Duques de Palma. Para Masià, él sigue siendo Don Iñaki. Torres, es sólo eso. Diego Torres. Ya saben, aquéllo de que 'No hay Don sin din'.

Masià ahondó en que Miguel Tejeiro "me insistió mucho en poner el DNI de la Infanta primero" en la constitución de Aizoon, pero le perdió la boca. O tal vez se dio cuenta de que, como testigo, no podía mentir. Tarde. Si en el procedimiento, ante Castro, aseveró que Tejeiro le pidió que se usase a la Infanta como 'escudo fiscal', hoy se ha amilanado. Ha terminado reconociendo que el asesor fiscal no se lo pidió expresamente y que esa idea fue "una conclusión" que él sacó de sus palabras."Me lo dio a entender", acertó a decir Masià. Manos Limpias saltó como un resorte y adelantó que pedirá la deducción por "falso testimonio" del notario.  Y como el que quiere morir matando, sus últimos coletazos fueron para dejar flotando en la sala que Miguel Tejeiro tenía sociedades en el extranjero y unas pruebas periciales sacadas de la manga que, sorpresivamente, el abogado de Torres quiso incorporar rápidamente, sin ni siquiera haberlas leído.
Las pruebas periciales eran unos informes grafológicos que habían sido solicitados por el propio notario para acreditar la falsedad de unas firmas y achachar un escrito a Miguel Tejeiro. El problema es que luego, al revisarlas las acusaciones, estas pruebas no guardaban relación con lo dicho. Elucubraciones de pasillo: o Masià se confundió de carpeta o Peeters esperaba otras periciales pactadas con el testigo para incriminar a Tejeiro.
El testimonio de Masià, a falta de lo que consideren las que mandan -el Tribunal-, tiene una credibilidad bastante discutible. Contaminado por el odio a Miguel Tejeiro, no solamente se contradijo con lo declarado ante Castro acerca del 'escudo fiscal'. Ha sido el testimonio de una persona que, a pesar de tener que ser garante de la ley, ha justificado de la manera más inconcebible por qué no denunció la supuesta falsedad de las firmas en cuanto tuvo conocimiento de ellas en 2009 (y no esperar a elaborar unas pruebas periciales encargadas por él mismo cuatro años después). Sin pestañear dijo "porque no hacía falta. No me iban a creer".
Tal vez, en el fondo, no fuese tan desencaminado.

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