12 de febrero de 2016

Diario Nóos. Matas a flote. Urdangarin y Torres, a pique

Matas es imprevisible, hasta cuando se ajusta al guión marcado. A lo mejor por eso, y  a pesar de que ya había pactado reconocer su responsabilidad en la contratación de los servicios de Urdangarin, los letrados (incluído Horrach), esperaban cualquier cosa del expresident.
No ha defraudado Matas. Ha tirado de su labia y de su dominio de los medios, las pausas y los tonos, para dejar en mal-aún más- lugar al exduque. Cómo pensar que alguien como Urdangarin iba a "hacer cualquier cosa extraña". Imposible. Cómo no plegarse a sus exigencias.Y si lo hizo, ha venido a vender Matas, fue por los ciudadanos, porque a las islas le venía de perlas reforzar los vínculos con la Casa Real. Porque Urdangarin levantaba el teléfono y se lo cogía todo el mundo. Porque les dio "donde más nos dolía".
Y tanto.
Del interrogatorio rápido e intenso del exministro de Aznar, me quedo con varias cosas. Por un lado, la ambición de Urdangarin, capaz de ambientar la exigencia de una comisión por sus servicios en 'territorio Real', el Palacio de Marivent. Su facilidad para recordarle que él, duque de Palma, podría conseguir llevar a la Isla "a quien quieras". Urdangarin ambicioso.
Por otro lado, Matas ha humillado a Pepote Ballester, a quien encumbró del podio al despacho. El exdirector de Deportes que, según Matas, "estaba como loco" por tener buena relación con la Familia Real, marcaba territorio: "Tenía la exclusividad de la amistad con Urdangarin". Él, Pepote, tenía competencias -según Matas- para revisar las cuentas y la ejecución.. y no lo hizo. Balones (y delito de malversación), fuera. Y, de paso, apostilla que un desconocido de Instituto Nóos hizo el trabajo que el director balear de Deportes no supo desempeñar.
Y por último, Matas ha defendido el precio (desorbitado e hinchado) de los contratos con Instituto Nóos (2,6 millones de euros en total). Bien pagado estaba, aunque los proyectos se cerraran en partidas de pádel o tras brillantes exposiciones sin papeles siquiera.

El contable remata a los socios

 Marco Antonio Tejeiro había cerrado su pacto. El contable de Nóos, que no ha podido terminar un tedioso interrogatorio plagado de mails, facturas y papeles manuscritos, ha dejado con el culo al aire al tándem Torres-Urdangarin. Pintaban tanto el uno como el otro, ha dicho. Fue Torres, su cuñado, el que le daba la orden de falsificar facturas "por si colaban". Así, cruzaban las de Valencia en Baleares y se inventaban conceptos.
Tejeiro ha descrito el funcionamiento de Nóos, que pasaba por intentar vaciar las cuentas del Instituto para llevárselo al bolsillo. No al suyo. El dinero de la entidad sin ánimo de lucro -eso debía ser-, salía de allí camuflado en nóminas de empleados fantasma. Y luego, un clásico que nunca muere: los sobres. Marco Tejeiro introducía los cheques en ellos y los repartía en persona. A Diego Torres y a Iñaki Urdangarin. Dinero negro, de toda la vida.
No sólo eso, también se creó una red societaria compleja, plagada de sociedades interpuestas, para terminar sacando el dinero a paraísos fiscales. Quien tuvo cuenta, al menos, fue Diego Torres. O esa fue la intención. El destino, Luxemburgo.
Y así iba abofeteando a los protagonistas a golpe de facturas.El "no existió" se repetía una y otra vez, al tiempo que Urdangarin se colocaba sus gafas amarillas para ver en negro sobre blanco su cruz, mientras su mujer, la Infanta Cristina, anotaba en unos papelillos improvisados todo aquello relacionado con su empresa (la que comparte con su marido), Aizoon, y por la que está sentada en el banquillo.
Esto va deprisa, hasta el punto de que las declaraciones que quedan ,se adelantan (al próximo viernes la Infanta, al 23 y 24, Torres y Urdangarin). Las horas van fortaleciendo también los lazos que están empezando a formarse en la sala. El abogado experto en sociedades en paraísos fiscales, Salvador Trinxet, con la Infanta (con la que comparte caramelos para la tos), o las confidencias entre Torres y Urdangarin, mostrando el profesor al alumno las webs de periódicos que hablan sobre ellos durante la vista, y compartiendo gusto por las Moleskine (roja la de Torres, negra la de Urdangarin).
Y mañana veremos si, esta vez, González-Peeters puede terminar un interrogatorio sin tener polémica con la juez Samantha Romero. Hoy la magistrada ha conseguido descentrarle y echar a perder su estrategia con Matas. Si algo ha quedado claro en estas tres jornadas, es que Romero no tiene inconveniente en cortar y desesperar a los letrados, echando un capote, indirectamente, en algunos momentos a los investigados, que consiguen eludir preguntas que tendrían jugosas respuestas.


3 comentarios

  1. Sinceramente, y con todo el cariño, en la frase final te ha faltado un 'involuntariamente' después del 'capote'. Sin ese advervio parece dar a entender que la cosa está apañada. De nada.

    ResponderEliminar
  2. Involuntariamente es una apreciación. Tanto como dar a entender que la cosa está amañada, ¿no crees?

    ResponderEliminar
  3. La incorporación de'indirectamente' me parece más que bien. No me hagas caso, era viernes. Fuera como fuese, te seguiré viendo y leyendo. Gracias por la paciencia.

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.
© ASTERISCO*
Maira Gall